miércoles, 9 de septiembre de 2009

Extraño en mi propio país



Has leído el libro "El extranjero" de Alberto Camus, es una historia conmovedroa acerca de la búsqueda del propio ser, en donde el personaje se hace una crítica sobre sí mismo, acerca del territorio en donde es bienvenido, en sus andazas el es extranjero a donde quiera que va, donde el solo transita y demás lo reciben. Recordé esa historia, en el momento que pasé por uno de los viajes más increíbles que parezcan, rumbo a la ciudad de Oaxaca, me sentía tranquilo de viajar y conocer por esos lugares a los que nunca habia estado.

Durante el trayecto, como eso de las 12:30 de la noche el autobus se detiene, suben agentes de migración, característicos con su sentido de malhumor, esperando encontrar alguien a quien echarle la culpa de sus inoperancias, algún cristiano que tenga cara de sudafricano, de "chamula" con respeto para ellos, o de centroamericano... observan sigilosamente y se acercan donde yo descanso...

- Sus documentos, por favor...

No me cuesta nada el mostrarle mi credencial de elector, y mi curp que por suerte traje conmigo, luego de eso, me devuelven mis documentos y...

- Bajese del camión, ustedes también... siganme por acá.

Pienso para mis adentros... ¡Maldita sea! que buena hora para acabar con un viaje de placer. Entonces los sigo a una de sus guaridas, me pasan a una oficina, en donde encuentro a un fulano negro con lentes oscuros, que sienten que gozan de toda la autoridad, con sus tremendas botas cruza las piernas , mira a sus acusados, y empieza con su interrogatorio:

- De donde vienes, en donde estudias, cuales son los labaros patrios, dame una estrofa del himno, en donde naciste, cuantos estados tiene la república, como le llamas a esto que sujeta los pantalones, y esa cuerda con la que me amarro los zapatos, hacia donde te diriges, cuando es el dia e la independencia, como se le llama al apagador de la estufa, y a la biela del carro...

Era un infierno, tratar de comprobar que eras mexicano, después de haberles enseñado tu credencial de elector, de CURP, no es posible, y yo como acusado, querer comprobar que si soy MEXICANO, en serio, se los juro, no ven el color de mi piel, mi acento. Pero ya sé por lo que pasan aquellos que si vienen de fuera y tienen que evitar eso a toda costa. Queria salir corriendo de ahi.

Al fin me dejaron ir, ufff. Mas eso no fue todo, tuve que lidiar más adelante con un federal de caminos que queria que "cooperaramos" para que nos dejara ir, es un ejemplo de la impunidad con la que lidiamos los mexicanos; algunos policias son prepotentes y descarados para afirmar cosas que no son como este citado federal de caminos. Luego, subió un militar, le mostré mi credencial, esperando nerviosamente a no volver a ser retenido, el checó mi credencial, observó el holograma, checó mi Curp, y no hizo mas comentarios.

- Puede continuar, que tenga buen viaje... -Ufff, gracias oficial.

En un momento dude ser mexicano, pero gracias Dios, ya no dejes que vuelva a pasar eso que sea... Extranjero en mi propia tierra...